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kmachocristiano85 en tiempos laicos

Sueño de Invierno,verano vital.

 

Entusiasmado llegué una mañana de invierno al terminal terrestre de Quito, la capital de nuestro país, eran alrededor de las 7 a.m. y el frío dominaba mi cuerpo, me bajé de un ómnibus y rápidamente con bolso en mano me dirigí a buscar el trolebús que me llevaría a casa de mi tío, para hospedarme y en su momento arribar al cuartel militar, donde estaba citado a entrenar con el club deportivo “El Nacional”.

Después de un largo recorrido, al fin estuve en el mencionado cuartel, me identifiqué y pude ingresar acompañado de casi 100 jóvenes futbolistas, algunos ya conocidos en el medio y otros con ganas de triunfar; nuestro fin era probarnos en el club, concretamente en la categoría sub 18 para el campeonato del año 2003 y por ende cruzar las etapas hasta llegar al equipo de primera si fuera posible.

El numeroso grupo de chicos ecuatorianos en persecución de su sueño dorado, empezó las actividades extremadamente fuertes y en ocasiones crueles, las cuales durarían 2 meses, para luego escoger tan solo 30 jugadores; que en su momento firmarían su contrato y serían parte de la institución al menos por ese año, en el que yo estaba en mi mejor momento, por lo que fue un hecho seguro que me ganaría un puesto, no solo en los 30 sino que en los 11 mejores exponentes.

El campeonato se acercaba, faltaba menos de un mes, llegó el tiempo de firmar y acordar económicamente con el club, por ende este se encargaría de proveer a los jugadores de vestimenta, calzado y varias cosas más; pero había un detalle, los dirigentes no habían cumplido con la vivienda prometida para los deportistas que no eran residentes en Quito, esto dificultó la situación, ya que la mayoría no podíamos quedarnos mucho tiempo sin habitación y por otro lado se manifestó que nuestros derechos deportivos serían manejados por el club, esto no gustó a ciertos aspirantes por lo que decidimos renunciar y volver a nuestra ciudad natal.

Este interesante período de mi vida, me enseñó a mejorar mucho, primero como persona y luego como futbolista, porque maduré, sufrí, aprendí nuevas cosas, levanté mi nivel y me ubiqué en otro club del país en el cual tuve un magnífico año siendo protagonista y goleador, pero lo más relevante es que al llegar el verano ingresé a la ULEAM, que para mí fue, es y será siempre vital.

 

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